es primavera, pero una gripe de inverno sigue golpeándome. busco el sol, pero no se muestra claro todavía.

pensando encontrarlo en el cusco, viajé hace unos días, pero no lo pude tocar. quemaba la cara y helaba los huesos. por las noches, en el hotel, trataba de respirar sin suerte. mis hijos, felices, aunque haciendo un balance me dijeron que prefieren máncora a cualquier parte del mundo conocida o desconocida.

para mostrarles algo diferente, alquilamos un guía y cuatro caballos. el primer día hicimos el clásico circuito de las ruinas periféricas: tambomachay, templo de la luna y sacsayhuamán. al ver que montaban bien, decidimos subir, al día siguiente, a una laguna que está a tres horas a caballo, en la puna, donde sólo crece el ichu. fue una subida fuerte. la laguna no era bella , estaba chica y le habían construido un muro de cemento, como una represa; pero el paisaje, de ida y vuelta les rompió a mis hijos todas las imágenes de pantalla chica que tenían guardadas . todo era azul y amarillo ichu, laderas verdes, quebradas profundas, rebaños de ovejas, caballos salvajes, llamas y aves de nombres desconocidos . el aire frío de la altura y el sol sin nubes. el país de los incas, sin gente a la vista, sin ruinas, sin turistas, ni viajeros, ni cámaras de fotos ni paneles de candidatos. sólo el aire frío, el silencio y el paso de los caballos.

fueron seis horas de cabalgata entre ida , vuelta y un descanso cerca de la laguna , de media hora. por la noche, fuimos a cenar al cicciolina. grandioso.

así, entre idas y vueltas, intento dejar esquinado al cáncer. entre el ichu y el mar, en algún sitio tendrá que quedarse. sin embargo, no bajo la guardia. viajo ahora con mi super portátil extractor (un moulinex pequeño, parecido a un robot chiquito) . (felizmente, manzanas y zanahorias hay en todos lados).

espero que hoy salga el sol . ¿cómo sino dejar atrás esta gripe?